Una mujer donó su riñón a su jefa pero después la echaron
La pesadilla de esta trabajadora neoyorquina de 47 años, divorciada y madre de dos niños, comenzó el día que su ahora exjefa, Jackie Brucia, se puso enferma. A finales de 2009, en una conversación informal, Brucia le comentó que necesitaba un trasplante de riñón y que le estaba resultando imposible encontrar un donante.
Debbie Stevens decidió ayudarla, e incluso en un momento dado se ofreció a donar su propio riñón si no encontraban un donante a tiempo. En enero de 2011, la empleada recibió la llamada de su jefa, que le había tomado la palabra, y le preguntó si la oferta iba en serio. Debbie fue tajante: "Claro que sí".