Monseñor Arancedo consideró que la devaluación de la palabra era un signo de enfermedad espiritual y cultural
Según el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina y Arzobispo de Santa Fe, la palabra había dejado de ser algo sólido en que apoyarnos para vivir y crecer, comprometiendo la credibilidad como valor esencial en la vida de la sociedad. En su Homilía Pascual, Arancedo también opinó que la ejemplaridad venía de arriba, considerando que los ideales y proyectos propuestos necesitaban de testigos creíbles.
(Radio Uno/El Once.com)