Sábado 23 de Noviembre de 2024

GENTE

8 de julio de 2021

Una mujer se enteró que tenía un juguete en su nariz cuando fue hisopada

Mary McCarthy, de Christchurch en Nueva Zelanda, había luchado desde la infancia contra el dolor y las dificultades para respirar en el lado derecho de la nariz, pero nunca se molestó en ver a un médico al respecto.
Pero en octubre pasado, luego de un hisopado insoportablemente doloroso para COVID-19, su problema nasal empeoró aún más. Su nariz goteaba constantemente y tenía mucho dolor, por lo que finalmente decidió buscar ayuda médica.

La mujer de 45 años vio a varios médicos generales que atribuyeron el dolor a una condición crónica de los senos nasales, pero no estaba satisfecha con ese veredicto, por lo que decidió ver a un especialista en oído, nariz y garganta. Desafortunadamente, solo pudo programar un chequeo para agosto, pero debido a que el dolor se había vuelto tan intenso, decidió acudir al departamento de emergencias del Hospital Christchurch.

Afortunadamente para McCarthy, el médico de guardia en el hospital creyó que era más que dolor en los senos nasales, y le preguntó si alguna vez se había puesto algo en su nariz que pudiera haberse atascado. Esta pregunta desencadenó un recuerdo de la mujer jugando un juego de mesa con sus hermanos cuando era niña, y poniendo los pequeños discos de plástico en sus narices para ver hasta dónde llegaban cuando los soplaban.

Una única vez, Mary, de 8 años, inhaló por la nariz y aspiró un pequeño disco. Sin saber adónde se había ido el pequeño objeto de plástico, y demasiado asustada para contárselo a su madre, simplemente se lo quitó de la cabeza y, con el paso del tiempo, se olvidó de él por completo.

Una tomografía computarizada reveló que de hecho había algo atrapado en su fosa nasal derecha, pero no parecía una pieza de juego. El médico intentó quitárselo mientras estaba despierta, pero resultó demasiado doloroso, por lo que tuvo que someterse a una operación que implicó empujar el misterioso objeto por la nariz y extraerlo por la boca.

Resultó que el objeto era de hecho un pequeño disco de plástico, solo que con años de calcificación acumulada a su alrededor. El médico le dijo a Mary que el hisopado COVID-19 lo había desprendido después de casi cuatro décadas, y le había causado una infección que amplificaba el dolor que había soportado todo este tiempo.

 

Fuente: periodismo.com

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